martes, 19 de enero de 2010

¡Adiós, Mompiche!

¿Recuerdo haber dicho algo así como "las olas están débiles en Mompiche"? ¡Qué buenas olas los últimos dos días! Por fin pude comprobar la veracidad de los dichos de mi amigo Zach, años atrás, cuando me contó de Mompiche. Diez años tuvieron que pasar desde que escuché las historias de mi broder para que pudiera venir a esta mítica ola izquierda, que siempre estaba en mi subconsciente...ayer y hoy sacó mucho de su potencial, tirando olas de casi dos metros al frente de un reef que esperaba cualquier fallo para dejarte "un souvenir".

Diez años atrás, para llegar a este pueblito había que ir previamente a Muisne, y desde ahí conseguir un bote que te llevara en un viaje de una hora. Toda la travesía era peligrosa, se sabía que habían frecuentes asaltos y hasta asesinatos. Hoy, una década después, hay una carretera en buen estado hasta Atacames, y desde otro ramal hasta Mompiche, con salidas diarias desde Quito o Guayaquil. Los tiempos han cambiado y se nota en el pueblo, que ya está adaptado para recibir a un incipiente turismo mochilero, y han aparecido surfers locales que, debo decirlo, son los más buena onda que he visto en mi larga vida corriendo olas. Nunca estuve en un lugar donde los locales te saludaran con una sonrisa auténtica, e incluso que te animaran a remar las olas. Poco a poco, día a día fuimos haciéndonos amigos, celebrándonos mutuamente las olas y no exagero si digo que es el crowd local más buena onda que he visto en cualquier point. Altamente recomendable como destino de surf (temporada diciembre-marzo), barato, tranquilo, buenas olas y buena gente.

Ah, un comercial: si alguien se anima a venir no dejen de comer aunque sea una vez en el restaurant Quindio, del cordobés "Fachín". Ambiente acogedor, te hacen sentir en tu casa y la comida buenísima. Recomiendo los spaguettis con camarones en salsa de la casa, pero hay mucho más. Cuestan 6 dólares, pero si quieren ahorrar en cualquier esquina encuentras almuerzos por 2 dólares y medio (normalmente sopa de pescado, un plato de pescado con arroz y patacones, y refresco). Más barato imposible. ¡Ah, y los jugos de fruta! Una delicia, a un dolarcito y medio de la fruta que se te ocurra, combinado de frutas, etc.

Me voy feliz, después de haber surfeado como un animal los últimos dos días. Según los pronósticos mañana también van a haber buenas olas, pero ya me quedé sin tablas (partí una y la otra -viejita- la vendí). Ahora enrumbo a Guayaquil, conecto bus a Tumbes (frontera norte del Perú con Ecuador) y desde ahí vuelo a Lima, mañana en la noche, para recoger dos tablas nuevecitas que me están esperando y ver a mis amig@s de toda la vida. Vayan sacando su cuenta de las horas de carretera a las que me enfrento desde un rato más. Bueno, ya se está haciendo costumbre en este viaje. Aloha!

sábado, 16 de enero de 2010

En Mompiche

¡Qué odisea llegar a Mompiche! Desde Quito salí a las 11,15pm en bus (Trans Esmeraldas, 8 dólares más un dólar por las tablas) hasta Atacames. Sí, la economía ecuatoriana está dolarizada -desde hace casi 10 años-, igual que la panameña (y la costarricense, casi casi). Ya no existen los sucres (Ecuador), ni la balboa panameña...deja mucho qué pensar del dominio estadounidense en América, da rabia ver que el Imperio se expande en todos los ámbitos, ahora entiendo mucho más esa expresión de que Latinoamérica es el patio trasero de Estados Unidos...cruda realidad.

Bueno, digresión aparte, sigo con Mompiche...en la mitad del camino (plena madrugada) el bus paró en la mitad de la carretera, en medio de la selva. Yo ya no aguantaba el calor, me faltaba el aire, así que me paré de mi asiento para salir a respirar, pero la puerta parecía sellada, y yo no quería despertar al resto de pasajeros empujando muy fuerte, hasta que un ecuatoriano igual de asfixiado que yo me ayudó a empujar y salir. Resulta que...¡el bus se había quedado sin gasolina! No puesss...el ayudante del chofer estaba echando una reserva que tenían en una galonera, en la mitad de la carretera de curvas, en medio de la oscuridad total. El ecuatoriano que empujó la puerta me comentó, mientras compartíamos su último cigarrillo, que esperaba que no nos asaltaran. -¿Cómo?, dije yo. -Sí, cholo, acá es común que asalten a los buses y containers en las carreteras...Uf, bienvenido a Sudacamérica de nuevo, me vinieron a la cabeza recuerdos de cuando vivía en el Perú y la verdad es que uno en esa época ya no se sorprendía por nada, y este comentario me hizo ver lo lejos que hoy me encuentro física y psicológicamente de la realidad de nuestros empobrecidos países. En fin, que seguimos camino para llegar a Atacames a las 7am, donde me encontré con un surfer ecuatoriano que también iba a Mompiche y sumamos fuerzas, viajamos juntos las dos horas que faltaban en otro bus y resultó que era el sobrino de un hostal bastante bueno que es donde estoy ahora (Hostal Gabeal, lo recomiendo, cabañas con camas muy cómodas, ventilador, mosquitero, baño privado y a pie de playa). Regateando terminé pagando 8 dólares la noche, pero me quitaron el servicio de limpieza. Bueno, ya estoy formando mi propia orilla en la cabaña con la arena que traigo en los pies todos los días...

Mompiche es un típico pueblito de pescadores que recibe a mucha gente de Quito los fines de semana, y que ha crecido significativamente por el surf. Sus callecitas son de tierra y arena, la gente es super amistosa, humilde y trabajadora, siempre tienen una sonrisa en los labios. La playa es larguísima y el ambiente es super relajado, aunque me dicen que los fines de semana cambia por completo, habrá que ver. Lo que sí es un problema incluso mayor que en Costa Rica son los mosquitos, me tienen loco! Ahora mismo me están devorando mientras escribo estas líneas.

El surfing ha estado flojo, entró un swell norte justo cuando llegué, pero como al mismo tiempo hábía un swell sur, este último perturbó el orden y el swell norte entró todo movido y debilitado. Hace ya cinco días que estoy aquí, he surfeado todoas los días con olas divertidas, pero se supone que mañana entra otro swell con un período de 20 segundos, eso significa que debería estar realmente bueno y por fin entrarán tubos, vamos a ver si por fin empiezan las olas de verdad en este viaje...

Ahora me voy corriendo a mi cuarto a resguardarme de los $%&%$ zancudos, ya no aguanto más!

lunes, 11 de enero de 2010

¡Se vienen las olas!

Bueno, sólo han pasado unas horas desde que llegué a Ecuador, horas que estoy matando como puedo en Quito hasta que salga mi bus hacia Atacames. Serán seis horas de viaje, luego debo coger otro autobús que me llevará hasta Mompiche, lugar largamente soñado, desde que una vez, hace ya casi diez años, mi amigo Zach me contó de su aventura en esas olas. Ahora, por fin, podré comprobar si es verdad que existe una ola perfecta, izquierda tubera, de un kilómetro de largo con agua caliente y poca gente en el agua...Lo mejor es que mañana empieza a entrar un swell norte que marca olas de dos metros durante una semana por lo menos. Estoy llegando justo a tiempo. ¡Uf, de sólo pensarlo se me ponen los pelos de punta! Llevo dos meses surfeando olas "de juguete" en Costa Rica, lo que me ha servido para retomar un poco de nivel y poder surfear todos los días, pero ya no aguantaba más surfeando olas que si bien eran divertidas no me daban la adrenalina que todo surfer de corazón busca y que es la razón por la que dedicamos nuestra vida a buscar "la ola perfecta". Esta es una de ellas, espero que cumpla con las expectativas que tengo puestas en ella.

La llegada a Ecuador no dejó de ser accidentada. En primer lugar, no pude conseguir funda para las tablas que me traje desde Costa Rica. Increíblemente, no encontré ningún surf shop con fundas para dos tablas. En Santa Teresa, había que encargarlas y su llegada a tiempo era incierta; en San José, fui a dos surf shops supuestamente pros, y no tenían fundas tampoco. Por suerte, en Santa Teresa el dueño de una tienda me regaló muchos envoltorios de esos de plástico con burbujas de aire para proteger mercancía frágil. Con ellos pude envolver bien mis tablas, pero fue bastante bizarro ir al aeropuerto y meter mis tablas a la carga sin funda...en fin, una anécdota más. Otra: muy tarde descubrí (cuando ya había comprado todos mis pasajes) que Mompiche queda más cerca de Quito que de Guayaquil. Como mi pasaje era de San José a Guayaquil, pasando por Quito, intenté arreglar las cosas para poder bajarme en Quito, total el avión hacia de todas formas escala en Quito antes de llegar a Guayaquil. Sin embargo, mi pasaje completo de TACA incluye, además, el trecho Lima-Santiago...¡y ese trecho lo perdía si no completaba el viaje hasta Guayaquil! Hablé con el servicio al cliente pero no hubo caso, tuve que parar en Quito, mirar impotente por la ventanilla, seguir a Guayaquil y estando allí, comprar inmediatamente un pasaje de ida...a Quito nuevamente.

Lo bueno: el vuelo salió al toque, no perdí mucho tiempo y no salió tan caro (58 dólares) en LAN, que no cobra por las tablas siempre que no te pases de la franquicia de equipaje (20 kilos). Ya lo saben: LAN es una de las pocas aerolíneas que no cobra por las tablas (si no te pasas del peso). ¡LAN es amiga de los surfers! ¡TACA, enemigo! (100 dólares por las tablas).

Ahora debo esperar hasta las 11,15pm, a esa hora sale mi bus a Atacames y empieza mi aventura ecuatoriana. Allá voy Mompiche! Mañana a media mañana estaré ya surfeando con una sonrisa de oreja a oreja.

NIVEL DE SURF: INCÓGNITA

Retomando...en Ecuador

Hola, primero que nada quiero agradecer a los que me siguen, cada vez que veo que aumentaron mis seguidores me dan una alegría, me siento acompañado y, además, con la "obligación" de seguir contando cosas.

Bueno, la primera cosa que les voy a contar fue mi primera "crisis" de escribidor. Tengo que reconocer que se originó bajo la influencia de Carlos Castañeda, autor mío de cabecera, que en uno de sus libros le tira un poco de mierda a esta actividad bloguera...en cierto sentido no deja de tener razón, si uno quiere de verdad ser un "guerrero" en el sentido castañediano, debería, en estricto rigor, dejar de exponer sus cotidianeidades en lugares como este. Para Castañeda es una pérdida de tiempo, y tiempo es precisamente lo que un guerrero tiene en la medida justa...todos los actos de un guerrero deberían tener a la muerte como consejera. Cuando tienes a la muerte de consejera, puedes apreciar las cosas en su verdadera perspectiva, o sea, estás en condiciones de apreciar lo que es importante y lo que no en la vida, y actuar en consecuencia...pero bueno, luego de pensarlo (y dejar de escribir) por un tiempo, he decidido que seré un guerrero que escribe blogs, vamos, que la perfección está muy bien pero yo quiero ser periodista, y si no escribo se va todo a la mierda con ese plan, ¿no creen?

Lo siguiente que les quiero contar es que, después de dos meses bastante intensos, hoy dejé Costa Rica. Atrás dejé un lugar hermoso, privilegiado por la naturaleza, con una energía muy especial y donde conocí a mucha gente, de esa gente que uno conoce cuando está de viaje y se generan esos vínculos "efímeros" que suelen privilegiar sólo los buenos recuerdos porque uno está de vacaciones, pero que no es tan así porque, en un tiempo de estadía tan largo, no todo es miel sobre hojuelas, especialmente cuando, como mucha gente que conocí en Costa Rica, se tiene que combinar placer con trabajo. Sí, porque lugares como Santa Teresa ofrecen la posibilidad de trabajar en turismo y "autofinanciar", de alguna manera, las vacaciones. Así conocí a "los chicos de la hacienda" (así llamados porque viven al lado del supermercado La Hacienda). No sé si alguna vez leerán estas líneas, pero a ellos quiero decirles: gracias por ser mi familia en Costa Rica. Pili, Juli, Caro, Tincho, Alex (Niño) me adoptaron como un hermano más. Como dije antes, en dos meses se viven muchas cosas, y en ellos supe encontrar cariño y amistad que me regalaron desde el primer instante. Gracias mis queridos amigos, nunca los olvidaré, son parte de las cosas buenas que me van pasando en este viaje, ojalá nos volvamos a ver pero si no, que sepan que los llevo en el corazón. También quiero recordar a Marcelita y Nacho por su re buena onda, a Sonny, Michele, Filipo, Shirley de la Soda El Jardín (¡me cuidó cuando me dio dengue!), y tanta gente que pasó y sigue en Santa Teresa. También a Beto, mi amigo del cole que decidió vivir feliz lejos de su patria y que fue el mejor guía que pude tener en Liberia... Y así cierro esta entrada, recordando a la gente que dejé, para seguir con este viaje que ya puedo calificar de lindo sin exagerar un ápice.

Ah, y ya sé que soy un fiasco con las fotos...qué le voy a hacer, periodista gráfico no voy a ser...pero en cuanto tenga un momento de tranquilidad, prometo poner algunas fotitos, hay unas buenazas de mi despedida en Costa Rica donde, además, salen "los chicos de la hacienda".

NIVEL DE SURF: INCÓGNITA (hace seis días que el mar no regala nada, a eso no se le puede llamar "surfear").