Domingo 13 de Junio...me quedan sólo tres días para regresar a casa.
Al principio y durante este viaje siempre creí que cuando llegara el día del regreso me iba a costar hacerme a la idea de dejar todo esto (surfear las mejores olas del mundo, conocer tantos lugares distintos, probar comidas exóticas, ponerme físicamente 10 puntos, conocer a mucha gente, etc.,etc.,etc.). "El shock del regreso", "de vuelta a la realidad" y tantos lugares comunes que se repiten casi sin querer.
Pero la verdad es que estoy casi ansioso de volver, de empezar a tener una rutina. ¿Suena mal, no? Eso de tener una rutina. Pero me he ido dando cuenta que cuando haces cosas que disfrutas o que te gustan, la rutina puede ser, y de hecho lo ha sido para mí en los últimos años, un descanso. Descanso mental, no tener que estar planeando nada porque ya sabes lo que tienes que hacer cada día, y si como dije, estás motivado y tienes la suerte o los huevos de hacer lo que te gusta, entonces bienvenida sea la tan desprestigiada rutina.
Llego el miércoles a Madrid. Mi idea es irme a Bilbao desde Madrid en bus. Voy a tener que buscar la manera de irme del aeropuerto a la estación de buses con mi "muerto" (funda gigante de tablas) y no sé qué voy a hacer, espero no tener problemas...si la veo difícil cojo un vuelo, pero lo que quiero evitar es que me cobren por las tablas...a ver qué hago, se aceptan sugerencias.
Bueno, tengo que contarles la parte surfística así que prepárense porque viene buena. El jueves pasado el mar amaneció épico. Épico. Desde que llegué a Indo no había visto el mar así, y supe que mi cita con Padang Padang había llegado. Padang es una ola izquierda famosa en el mundo, se hacen campeonatos grandes acá y los mejores surfers del mundo la codician. La onda viene desde el sur de la isla, pasa por el famoso "corner" de Uluwatu y revienta un TUBAZO contra un reef muy bajo, con muy poca agua, pero con una perfección que sabes que si te metes bien al tubo, con buen timing, vas a salir. Si fallas...me habían contado ya muchas feas historias y no me quedaban ganas de fallar. Aparte de irte casi seguro contra el reef, si se te va la tabla la corriente la lleva a unas cuevas y a ver quién la saca.
Además estaba conmigo Martín Maugere, experimentado surfer peruano con 15 temporadas en Indonesia, para "inaugurarme". Tenía el equipo (una linda tabla 7'3" para ola grande), el físico, las ganas, el teacher...en fin. Entramos con la marea alta empezando a bajar, en pleno mediodía, para agarrar la ola con harta agua e ir aclimatándome a medida que bajara la marea y la ola se pusiera más fuerte (y peligrosa). Sólo habían unas 20 personas, ningún indonés (que cuando están mejor salirte porque no te dejan ni una), unos pocos españoles y, conmigo, cinco peruanos. Más suerte imposible para mi bautizo. Veo cómo Martín agarra su primera ola, dropeando crítico y se mete un tubazo totalmente erguido y suicida porque era sin salida, pero cuando salió del revolcón me explicó que había que aprovechar porque todavía había mucha agua y nos podíamos dar el lujo de fallar. Su segunda ola fue un tubazo más grande y profundo, y la hizo perfecto. Se notan sus años en Indonesia, de hecho. Ya con esto me motivé, remé al fondo (de los 20, sólo unos cinco o seis estábamos en el fondo, el resto atrás) y me tocó el turno.
Entró una serie grande, de casi tres metros, y escogí la tercera. La tabla entró perfecto a la ola y me bajé un olón, nunca he surfeado una ola así, el drop es vertical y tiene un murallón que piensas que no vas a pasar pero si entras bien a la ola solita te empuja por la primera sección. Es cuando bajas que te das cuenta por qué esta ola tiene la reputación que tiene, es todo para adelante, la ola se empieza a enrollar y te tira a toda velocidad, pasas la primera sección, te acomodas sólo un poquito y entras ya encarrilado a la segunda sección que es un tubazo de padre y señor mío, mientras ves cómo la ola se va secando y te das cuenta de la poca agua que hay (y de cómo más te vale no fallar), todo muy intenso, y la ola se disipa y desaparece...ufff, el corazón a mil, vuelvo al point orgulloso de haberme tirado mi primera ola de Padang (y contento de tener una tabla que acompañe, hay que decirlo). El nivel que vi era alto, los que se tiraban -que no éramos todos- definitivamente eran buenos surfers, y el respeto era máximo, nadie se te tiraba en tu ola como si puede pasar en todas las otras olas de Indonesia que he surfeado. Me acomodé y esperé otra, que se demoró casi media hora, las series estaban muy distanciadas pero cuando entraban eran de cinco o seis olas, o sea que de hecho si estabas bien en el point te tocaba la tuya.
Remé mi segunda ola, otro olón, ya con menos nervios y queriendo meterme un tubazo, pero ¡horror! se me atracó la botita del pie delantero, empecé a bajar muy incómodo, no pude corregir y me caí ya casi abajo...¡esperando lo peor! Pensaba: "Ahora sí me voy al reef de hecho!" y esperé el impacto, pero no pasó nada...o sea, aparte del revolconazo pero no toqué fondo y salí un poco atontado pero ileso. Un par de peruanos que también debutaban se me acercaron a preguntarme cómo estaba, vieron que no pasó nada y un poco que se pusieron las pilas también, uno de ellos agarró también una buena ola, otro había tenido malas experiencias antes y no quería estar en el point y se fue más abajito.
Martín, por querer meterse otro tubazo, se frenó en la segunda sección en un olón y el tubo lo chupó y lo azotó. No tocó fondo pero quedó mal del cuello, ya no podía surfear e, impotente, se tuvo que salir. Sin mi "gurú" ya no estaba tan tranquilo (él era el que se ponía más inside y me animaba), además las olas tardaban demasiado, te quitaba todo el timing, y en las siguientes dos series que entraron no pude agarrar ola...decidí salir, pero en ola. Bajé un poco para agarrar una medianita, uno de los peruanos me hace barra y voy. Dropazo medio de costado, la tabla aguantando muy bien el drop medio chorreando el riel y me encarrila, uuuh se venía un tubazo, avanzo y ahí está, el tubazo...pero para mi horror la ola hizo "un extraño" (como en el fútbol) y se chupó para abajo (consejo: hay que agarrar las más grandes, que abren seguro y son más perfectas)...me abrí porque me dio la impresión de que si me metía a ese tubo que estaba más cerca del reef porque la ola era de las medianas nomás me iba a matar, pero el tubo era tan ancho que me alcanzó por más que me abría, y me explotó en los pies. La explosión me abrió la pita por el velcro sin romperla, sólo me ha pasado una vez antes en los 22 años que llevo surfeando (en Punta de Lobos). Cuando salí del revolcón no lo podía creer, sin tabla y paradito en el reef con agua hasta la cadera, con toda la serie entrando...me di un paseo por el reef con cortes menores en las pantorrillas, y a buscar la tabla, que se había metido en una cueva imposible, me demoré en encontrarla porque no se veía, y luego a sacarla de ahí esquivando el reef y las olas...en fin, daños menores, la tabla ya está arreglada y lista para el siguiente swell que entra mañana lunes.
ESA TARDE...ULUWATU
Las olas seguían grandes, decidí dormir un poco, pero cuando desperté ya eran casi las 5pm...¡la cagué! pensé mientras corría a mirar Uluwatu...grandaaazo! Volví corriendo al hotel, saqué la 6'8" que está buenaza para el mar grande porque es anchita (pero extrañando la 7'3" que usé en Padang) y me metí a Uluwatu por la cueva. La marea estaba secaza, el reef expuesto y sólo se estaba corriendo el corner, que estaba de tres metros fácil y con unas 30 personas nada más...Las condiciones estaban parecidas a un día grande y perfecto de Punta de Lobos. Entro remando ansioso como un enfermo, puteándome por haberme quedado dormido, y poniéndome recontra inside para agarrar una ola al toque y empezar a recuperar el tiempo perdido.
Raro, pensaba yo, que nadie me marcara el point, me puse bien a la izquierda confiado en mi experiencia en olas parecidas (Chile), pero por algo no se habían puesto los otros tan inside...entraron tres olazas que me cayeron en la cabeza, ufff me arrastraron casi hasta afuera, tuve que remontar remando largamente, y la hora seguía avanzando, ¡fuck, quiero una de esas olas!
Cuando ya casi llegaba al point, en mi estúpida ansiedad no me abrí lo suficiente para la derecha, y cuando vino la siguiente serie, esta vez sí que me cayó en la cabeza, pero era un SERIÓN, cuatro olas pesadas, muy pesadas, tuve que soltar mi tabla y a probar mis pulmones, pero esta vez la serie le cayó a casi todo el mundo, conmigo eran casi todos los que estaban en el agua, en la segunda ola choqué debajo del agua con otro surfer que estaba "cooperando" igual que yo, en la cuarta ola ya temía que se me rompiera la pita por los tremendos tirones de mi tabla, atiné a soltar la tabla, tomar mucho aire y bucear profundo. Me dejé llevar por los revolcones en vez de forzar la pita con el pie en los revolcones (no quería romper la pita y quedar varado en el mar gigante y sin tabla)...
Cuando pasó la serie, el mar era todo agua blanca y vi varias cabecitas flotando sin sus tablas, incluso alguno me parece que gritaba...pensé en salirme porque sabía que si me caía otra serie no sabía si iba a aguantar y además tuve mucha suerte de que la pita no se rompiera, pero también sabía que ninguno de los que "pagaron pato" iba a volver al point, así que me puse las pilas y volví, por tercera vez, al point, esta vez bien remando bien abierto y atento. Cuando llegué sólo quedaban seis en el point, la serie había barrido con los otros 20 y sólo yo había podido volver.
Tengo que decir que había una chica uruguaya que se ve que conoce bien el sitio, no la agarró ninguna ola de la serie en la cabeza, esquivó todo perfecto y la vi, para mi asombro, remar una ola muy decidida y se tiró. Me coloqué, me sentía seguro, quería tirarme una bomba sí o sí. Esperé pacientemente y entro otra serie grandaza. Me tiré en la segunda ola, bien "late" el drop, gritándole a todo el mundo porque había un par que me estaban remando la ola. MI ola. Un olón. Me la más que merecía, y tuve mi premio, dropazo bien inside, un bottom largo viendo cómo la ola armaba una sección grande y buenaza, totalmente glass, power e interminable, la ola más larga que he corrido en Uluwatu. La corrí gritando de felicidad todo el recorrido, subía, bajaba, reentraba, me sombreaba, y gritaba. La uruguaya volvía remando y sonreía. Salí de la ola y detrás venía un tico en otra ola. Salió y me dijo "buenaza tu ola". Volvimos remando como locos a ver si alcanzábamos a otra olita antes de que oscurezca. En el point otro uruguayo me dijo "buenaza tu ola". Yo feliz.
Ya oscurecía y, considerando las condiciones, quise salir por la cueva de Uluwatu con luz solar, no quería ni imaginar la salida a oscuras con olas de tres metros. Esa noche el Ratón de Romaña, peruano que vive en Bali y amigo desde que nos conocimos en Lanzarote años atrás, se consiguió que le prestaran la cocina de un restaurante y preparó ocho kilos de ceviche; compró snapper blanco y rojo, que se parecen bastante a la corvina, y nos banqueteamos de lo lindo, con cevichazo, chelas y la felicidad de un día épico de surf. Qué parecido es esto a la felicidad, pienso. Y qué fácil es, a veces, hacerme feliz.
domingo, 13 de junio de 2010
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Hola, un amigo de Laga, Karlos me ha aconsejado este blog, me ha gustado mucho y te he puesto de enlace en el mío.
ResponderEliminarTe seguiré.
Un saludo, y buen viaje.
http://albertogurpil.blogia.com
Muchas gracias por leerme Alberto! Que bueno que te guste, aunque ya no se sobre que voy a escribir ahora que se me acaba el viaje! (perdona la falta de acentos, el teclado es indones) Tal vez amplie el tema y escriba de otras cosas...no faltara tema. Me voy a leer tu blog, bagus!
ResponderEliminarNo te preocupes Nano, seguro que te queda mucho por escribir... el blog ha sido brutal, eso si, te deja con esa extraña sensación de estar equivocado, de querer salir mañana de casa, por más que la rutina, como dices, a veces agrada. Nos vemos en Sope!!!
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