jueves, 17 de junio de 2010

ULUWATU TEMPLE, EXPERIENCIA MÍSTICA...

El penúltimo día me levanté temprano para visitar el famoso templo de Uluwatu, que lo tenía a la vuelta de la esquina y no me había dado el tiempo de visitar. Fue un acierto ir temprano, como les contaré...Para los que no lo saben, el templo está al borde del acantilado de Uluwatu, en un lugar espectacular, lleno de vegetación, con una vista increíble y, además, está lleno de monos. Todo esto lo sabía ya, pero no me esperaba estar completamente solo, como me sucedió a tan tempranas horas. El templo -y los monos- para mí solo. Más que con la infraestructura, quedé embobado con la interacción entre los monos en completa libertad. Los monos más grandes se imponían sobre el resto, aunque muy perezosos, más bien estaban tirados y cuando alguno de inferior rango osaba invadir su zona lo correteaba enseñándole los dientes...
En cualquier momento, motivado tal vez por el calorcito mañanero que le producía sueños eróticos, se le antojaba a alguno de estos monos dominantes follarse a la primera mona que tuviera al alcance, y eso hacía exactamente, pescar de un brazo a la mona, darle vuelta y treparse encima...Yo, maravillado, meditaba sobre lo fácil que lo tenían para satisfacer sus apetitos sexuales, casi en el momento mismo en que se les ocurría, y con quien quisieran...se aburrían pronto, eso sí, y la acción no duraba más que unos breves segundos...mientras, los monitos jugaban sin parar, indiferentes a las actividades para mayores de 18 que se desarrollaban a su vista y paciencia.

Estaba yo sumido en la contemplación extática del comportamiento animal, apoyado de espaldas en una muralla baja que daba al acantilado, cuando siento algo en la espalda. Me doy cuenta que un monito no ha aguantado la curiosidad y me está tocando tímidamente. Lo dejo hacer y ¡el monito se me sube a la cabeza y me empieza a buscar piojos! Otro monicaco se acerca también y se me sube al hombro, me rasca la espalda y me hace cariños...yo flipando, encantado de interactuar con el reino animal, pero un poco nervioso también (a ver, ¿tendrán pulgas? ¿Y si uno me muerde así como jugando y me contagia la rabia? huevadas así), y sin alterarme, me moví sin violencia y los monitos entendieron mis reparos y me dejaron tranquilo.

Me quedé toda la mañana en el templo, llegaron los turistas en masa -debo decir que 95% del mundo oriental, y sólo un 5% occidentales...me temo que a los westerns que vienen a Bali les interesa mucho menos estos intercambios culturales que otros bastante más dudosos- y por más que me fijé no vi a ningún mono prestar el más mínimo interés en cualquier otro ser humano, lo que me hizo sentir bastante especial por un rato...en facebook voy a colgar próximamente algunas fotos de los simiescos amigos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario